miércoles, 12 de febrero de 2020

La camisa del hombre feliz

Hace muchísimos años vivía un rey que era muy desgraciado y que de tanto sufrir cayó enfermo; los médicos no sabían qué enfermedad era, pero el mago de la corte dijo que la única manera  de salvar al rey sería ponerle la camisa de un hombre feliz.

Salieron, entonces, emisarios a todas partes, para buscar un hombre feliz, mas ese hombre no aparecía en ninguna parte, hasta que un día, ya desesperados, el primer ministro y el mago del palacio se sentaron a descansar bajo un árbol. Sintieron cantar, se asomaron y vieron dentro de una gruta a un hombre que, al parecer, era inmensamente feliz. El primer ministro con el mago entraron, decididos a preguntarle por qué estaba tan contento.

- Dime, buen hombre -le dijo el primer ministro- ¿por qué estás tan contento?
- Porque soy un hombre feliz -le respondió.
- ¿Siempre te hallas así tan feliz? -preguntóle el mago.
- Sí -contestó el hombre- soy feliz porque no tengo ninguna preocupación. ¡Sí, soy feliz! ¡Muy bien!
- Entonces ya salvamos al rey, dijo el primer ministro, y dirigiéndose al hombre, le expresó: -haznos el favor de darnos tu camisa; el indispensable par que sane el rey.
- Oh, señor -repuso el hombre- yo se la daría con mucho gusto, pero ¿saben? yo no uso camisa.

¡El único hombre feliz del reino no tenía camisa!

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