miércoles, 17 de enero de 2018

Una anécdota de Liszt

Al dar Liszt uno de sus conciertos en la corte de San Petersburgo, antigua capital de Rusia, el zar, durante las ejecuciones del eminente pianista, conversaba animadamente con su compañera. Esto molestó a Liszzt, y viendo que el zar no daba término a la charla, interrumpió enérgicamente la ejecución en el piano, lo que motivó un inesperado silencio.

El zar, intrigado, preguntóla causa del inexplicable silencio, a lo cual Liszt, con una ceremoniosa reverencia, respondió:

- Cuando los príncipes hablan, callan los servidores, Señor...

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