miércoles, 17 de enero de 2018

El Héroe de la Concepción, Arturo Pérez Canto

(De "Efemérides al Servicio de la Educación", de don Pedro J. Ramírez)

Tenía apenas 16 años, cuando, en un arranque de patriótico entusiasmo, se fugó de su casa, arrojó al mar los libros que ocupaba en sus clases en el liceo y se embarcó furtivamente en el "Matías Cousiño" con dirección al teatro de la contienda.

También él, que apenas se podía el fusil, quería luchar como chileno y morir defendiendo a la patria; quería ser valiente como sus antepasados.

Desembarcó en Arica donde se encontró con su hermano mayor, que era cirujano del ejército invasor, quien quiso devolverlo a su hogar (Valparaíso). Arturo lloró, rogó y convenció.

En Chorrillos peleó como ayudante del coronel Toro Herrera. Éste decía en un parte oficial: "El subteniente Pérez Canto se distinguió por su admirable valor a toda prueba":

"Varonil respuesta del subteniente Pérez". El segundo comandante del "Chacabuco", temiendo por la vida de aquel niño, lo llamó antes de la batalla de Miraflores, y le dijo:

- Subteniente Pérez, usted se quedará el día del combate a cargo del equipaje del cuerpo.

Quedó como petrificado al principio y luego contestó:

- ¡Yo cuando vine a ocupar las filas del ejército, fue, señor, para estar siempre al lado de mi cuerpo, tomando parte así en las acciones en que se hallara, pues considero que sería indigno y ridículo que un oficial, mientras sus compañeros están en medio de la batalla, él, con toda sangre fría, permanezca inerte cuidando que no se roben la manta u otra prenda del soldado...!

- ¡Se olvida, subteniente, con quien habla!, -gritó el comandante-. Parece que ignora usted que la ordenanza manda obedecer sin replicar las órdenes de sus superiores.

Dos lágrimas fueron la única respuesta.

EL jefe le ordenó retirarse, y luego, derramando también lágrimas de reconocimiento, decía a los oficiales que habían presenciado la escena: "Si Chile me diera un regimiento de niños como éste, tendría bastante para batir a todo el ejército peruano".

Y el novel miliciano se batió en Miraflores y vio el clarear de una nueva victoria.


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