sábado, 21 de julio de 2012

La Abeja

Constancio C. Vigil

Soy una hormiga del cielo, En vez de caminar, vuelo; en vez de dañar a las plantas, llevo de flor en flor el polen que las fecunda; en vez de ocultar el fruto de mi labor, lo deposito al alcance del hombre.
El escritor reúne pensamientos; el músico, armonías; el pintor, líneas y colores, y yo, dulzuras.
La colmena es una ciudad llena de trabajadoras. Nuestra reina es querida y respetada. Damos la vida por ella si algún peligro la amenaza, pues ella nos la dio.
¿Te parece mal que tengamos aguijón?
Si eres bueno, no temas. Conozco a mis amigos.
Necesitamos defendernos de los animales y de los hombres que destruirán nuestra vida y nuestra obra.
Nosotras no podemos hablar, ni podemos explicarnos, y en silencio presentamos la dulzura y el dolor; cada cual puede elegir.
Así también deja Dios que elijáis lo bueno y lo malo, entre la virtud y el vicio, entre la alegría y la desgracia.

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