lunes, 6 de agosto de 2012

La flor de la Champaca

Rabindranat Tagore

Oye, madre; si sólo por jugar, ¿eh?, me convirtiera yo en una flor de champaca, y me abriera en la ramita más alta desde aquel árbol, y meciera en el viento riéndome, y bailara sobre las hojas nuevas... ¿sabrías tú que era yo, madre mía? Tú me llamarías: "Niño, ¿dónde estás?" Y yo me reiría para mí y me quedaría muy quieto. Abriría muy despacito mis pétalos y te vería trabajar.

Cuando después del baño, con el pelo mojado abierto sobre los hombros pasarás tú por la frescura de la champaca al patiecillo donde rezas, sentirías el perfume de la flor, madre, pero no sabrías que salía mal de mi. Después de la comida de las doce, cuando estuvieras sentada ala ventana leyendo el Ramanyana, y la sombre del árbol te cayera en el pelo y en la falda, yo echaría mi sombrita chica sobre la hola de tu libro, en el mismito sitio en que leyeras; pero ¿adivinarías tú que era la sombra de tu hijo? Cuando, al anochecer, fueras tú al establo, de pronto caería yo otra vez al suelo, y sería otra vez tu niño y te pediría que me contaras un cuento.

"¿Dónde has estado tú, picarón?". No te lo cuento, madre, nos diríamos.

9 comentarios:

  1. Te agradezco que hayas subido este texto tan bonito, hace mucho tiempo que no lo leía.

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  2. Que se puede decir de algo tan bonito y delicado, me encanta

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  3. Gracias? Lo leyó para mi infancia Paquita y no lo volví a sentir hasta hoy cuando mi sobrina Lou ha tenido un bebé tan de la India como Tagore. Ha sido mi regalo de bienvenida.

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  4. Gracias! Lo leyó para mi infancia Paquita y no lo volví a sentir hasta hoy cuando mi sobrina Lou ha tenido un bebé tan de la India como Tagore. Ha sido mi regalo de bienvenida.

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  5. Este poema me enternece demasiado .
    Tagoré es uno de mis poetas favoritos y leerle es una delicia .

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  6. Hermoso, se lo leía a mi hijo antes de dormir. El ahora tiene 24 años.

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  7. Es una prosa tan delicada y tierna que solo es comparable con la sonrisa de un niño feliz. Cuando deseo melificar mi alma recuerdo siempre "La flor de la champaca".

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  8. Leí por primera vez, hace muchos años en un libro de lenguaje de segundo de bachillerato esta magnífica prosa. ¡Jamás la olvidé!
    Hoy, con nietos ya, deseo que ellos la vuelvan a leer.

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